lunes, 30 de marzo de 2009

Cronicas de la chica de alas azules. 01. El comienzo.

Un nuevo día... para viajar.
Bluefy se levanta poco a poco de la cama. Un rayo de sol la ha ido despertando lentamente de su profundo sueño.
Se estira, bosteza y se queda un poco mirando embobada el horizonte.
Finalmente, decide levantarse, "siempre primero el pie derecho por supuesto", piensa para si misma.
Bluefy es una joven, de casi unos 20 años de edad. Pelo rizado y castaño, poco más largo de los hombros, unos ojos grandes, que según el momento son un precioso verde oliva, o un marrón madera oscura. Algo más alta de lo normal, no es ni gorda ni delgada, pero como ella misma se dice, "blandita". Viste de un modo algo dejado, vaqueros y sudaderas grandes en invierno y ropa algo "hippy" y cómoda en verano. Pero lo más característico de ella, son unas pequeñas alas azules que salen de su espalda. Pero estas alas no eran de un angel, ni nada de eso... sino que eran unas pequeñas alas símbolo de su libertad.
Con dos coletas mal peinadas, una tostada en la boca, y un par de panes para el camino, sale de la puerta de su pequeña casita.
Un breve instante, parada en la entrada de la casa, se acuerda de un pequeño objeto, vuelve dentro de la casa, y se lo mete al bolsillo. Es su amuleto, su talismán. Nunca se separará de él.
Y comienza su pequeño paseo, sin molestarse en saber a dónde, tan solo se dejará llevar hasta el horizonte...

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Breve relato de mi "alterego" por asi decirlo... cuentos de una pequeña soñadora. Iré haciendo dibujitos para el relato, a ver si hago el de este...

viernes, 6 de marzo de 2009

Lentamente


Lentamente caminaba...
Lentamente...
La chica caminaba lentamente, sin rumbo, con los ojos fijos en el suelo.
La gente la miraba extrañados, asombrados, incluso algunos con desprecio y asco.
La chica, con su larga melena negra, que le tapaba casi toda la cara.
Sus ropas casi ni le cubrían su blanca y frágil piel, ensangrentada.
Lo que había sido un precioso vestido blanco de tirantas, no era ahora más que unos trozos de tela manchados.
Llena de moratones, cortes, marcas en su cuello cmo si hubieran intentado estrangularla...

Llena de lágrimas sus ojos, por heridas que ningún médico podría ver... heridas del alma.
Lentamente...
Lentamente seguía caminando hasta el infinito...


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Texto inspirado por el maltrato a la mujer.
Imagen de http://wakkawa.deviantart.com