jueves, 14 de agosto de 2008

Pequeña marioneta


Las cuerdas me mueven... me dejo llevar por alguien, que mis blancos ojos no logran alcanzar ver...
Pasan los días... y siempre alzo la cabeza buscando algún pequeño descuido de mi guía, para lograr verle el rostro...
Poco a poco logro visualizar algo, mis ojos comienzan a tomar su color original y voy notando como las cuerdas decaen...
Empiezo a notar que agrando, que ya no tengo el tamaño de una muñeca, que mis articulaciones están unidas por hueso y piel y no plástico y alambre...
Al fin tengo mi tamaño real, las cuerdas son meros hilos en el suelo, pero aun mis ojos no han llegado a su color original... hasta que le vi... allí estaba mi guía... mi salvador...

-

Otro pequeño antiguo texto.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nunca dejes que del todo sea un guía el que mueva tus hilos, poco a poco aprenderás que aunque muchas veces te agrade que te guíen, al final es mejor tener tu propio control